Ya se cumplieron tres años de vivir viajando
En este tiempo que conocí y viví en diferentes lugares de América, Europa y Asia, y que tuve la posibilidad de conocer cosas maravillosas, no faltó oportunidad de que me rotularan de:
- Hippie y de cheta a la vez
- Me creyeron hija de millonario y esposa de rico
- Me llamaron vaga y workaholic
- Creyeron que tenía unos ovarios increíbles por hacerlo y me dijeron que no tenía huevos debido a que seguramente me escapaba de algo
El 100% de las veces fueron personas que no me conocían… personas que simplemente veían una foto o leían una anécdota y decidían hacer sus “prudentes juicios”.
En definitiva, personas que al igual que vos y yo tenían dudas y deseos, en este caso similares a los míos y que por un motivo u otro no habían podido aventurarse a su concreción.
En estos tres años respondí a cientos de personas que me preguntaban cómo lo hacía, porque ellos también deseaban conocer el mundo. Ellos también querían vivir viajando mientras hicieran algo que les diera placer, algo que les apasionara.
En este tiempo, también me crucé con muchas personas infelizmente conformes con una vida que no desean, pero que temen dejar.
Personas con mis mismas posibilidades pero que, inmersas en el miedo, sienten que no pueden, que “quizá cuando las cosas estén mejor”.
Siempre esperando tiempos mejores o el momento justo.
Sin saber que el tiempo ideal no existe, y que sólo podemos acceder al tiempo elegido.
Soñadores que tienen las alas atadas, “viajeros sin maleta atados a las agujas de sus relojes”.
Personas que se enamoran del resultado pero que no se atreven a transitar y construir sus propios caminos.
El mundo y la vida ofrecen infinidad de variables… sólo hay que tomar la decisión de combinarlas y avanzar.
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