Hablar de dinero siempre es complicado. Aunque parezca un tema banal, es un punto de dolor se lo mire por dónde se lo mire. Inclusive a simple vista, si a tema dinero se refiere, podemos dividir el mundo en dos grupos: los que lo tienen y los que no lo tienen.
Es un tema por el que se han enfrentado imperios, naciones, familias o parejas, como la unidad mínima de grupo.
El dinero es un tema muy amplio pero quisiera que nos acerquemos a él en cuanto a lo que a emprender se refiere.
¿Por qué?
En prinicipio el dinero constituye una de las primeras excusas para alguien que desea vivir de lo que le gusta. Lo primero que suelen decir aquellos que no se animan es: “no puedo hacerlo porque no tengo dinero”.
Si sorteamos esa fase y logran emprender, entonces nos encontraremos con el problema en segunda instancia: “No sé qué precio ponerle a lo que hago” (en referencia a un servicio, generalmente).
Y siempre aparece como un escollo a resolver, en varias instancias del emprendedurismo y en muchas otras de la vida.
Proceso de investigación
El dinero también había sido un problema el día que contamos a nuestro entorno que decidíamos cambiar de vida y que comenzaríamos a viajar por el mundo sin residencia fija.
Eso había generado rispideces entre los integrantes de la familia y su diferente “modo de ver la vida”, la necesidad del “dinero seguro” (o su falsa idea de).
Nunca hice nada por dinero, no es lo que me mueve (ya vería qué hacer si en algún momento me hiciera falta).
Entonces decidí poner manos a la obra e investigar qué hace tan áspero a este tema.
Y me pregunté qué hace que el dinero sea un problema para casi todo el mundo.
Porque lo llamativo, es que es, creo, el único tema que es un problema tanto para quienes lo tienen como para los que no lo tienen. Para los que lo ganan en pequeñas dosis, como para quienes ganan mucho más allá de varias generaciones de herederos.
Me pregunté por qué en una cena con amigos podíamos hablar de cualquier tema, creencias religiosas o la falta de ellas, ideales políticos (aunque sean opuestos), homosexualidad, aborto, violencia, hasta podíamos hablar libremente de con quién nos acostamos la noche anterior. Pero creo que no podría tratarse con la misma “liviandad” el tema dinero.
¿Qué pasaría si en medio de un encuentro familiar preguntara cuánto cobra cada uno? Tengo casi por seguro que incomodaría tanto a quién gana más de la media, a quien gana el sueldo promedio y a quien gana por debajo.
¿No es raro?
Durante un tiempo hice un experimento con mi entorno. Debido a que hace casi 2 años que ya no resido en ningún lugar, les pregunté por whatsapp cuánto se necesita hoy para vivir en buenos aires.
Rápidamente conseguí cifras de cada uno de los interrogados. Cada uno me dijo aproximadamente con cuánto se podía vivir en Buenos Aires entre el alquiler de un departamento pequeño, internet, cable, celulares, cobertura médica, comida y viáticos (salidas y shopping se agregaría a gusto de consumidor).
Ahora bien, qué hubiera pasado si le preguntaba a cada uno con cuánto vivía. Claramente nunca sabré la respuesta porque en primera instancia yo misma me sentí incómoda y dejé el proceso de lado, no sin antes hacerme algunas preguntas.
¿Por qué de dinero no se habla? ¿Por qué nos incomoda tanto pedir dinero prestado, hablar sobre él, cobrar un servicio, decir cuánto vale nuestro servicio, revisar la cuenta del restó cuando somos muchos en la mesa (¿dividimos? ¿cada uno paga lo suyo?).
¿Por qué el dinero es un tema obsceno?
Sanear la relación con el dinero
Entendí entonces que había que encontrar la forma de rastrear el origen de esta problemática para poder sanear nuestra relación con el dinero, mi relación con el dinero (¡por supuesto, yo no vivo fuera de este planeta!).
Llegué a una primera idea que me decía que el problema podía ser cultural, lo cual es cierto. Pero esta verdad a medias, no lograba desarticular mi incomodidad para con él.
Seguí buscando y me encontré con artículos escritos del otro lado del Atlántico que hablaban de lo mismo, con lo cual, el problema no era sólo nuestro. Decenas de libros y de ebooks prometían “sanear mi relación con el dinero”.
Decidí indagar entonces como emprendedora y pensar cuándo había resultado un problema para mí y cuándo no.
Pensé en épocas pasadas en donde trabajaba bajo relación de dependencia y recordé que no me había enfrentado al dinero porque otros habían decido cuánto ganaría, pero sí resultaba un tema engorroso cada mes al cobrar una suma que no me servía por una tarea que tampoco me llenaba.
Recordé que durante el viaje, en un momento nuestras cuentas estuvieron en rojo y el dinero pasó a ser el foco. No se puede ser creativa cuando tenés que pensar en ahorrar hasta en el más mínimo detalle (gastos de comida, traslados, abrigo, etc).
¡Y llegó el tan ansiado insight! (visión interna o percepción)
Descubrí que el dinero me resultaba incómodo cuando era un fin en sí mismo, cuando lo tomamos con horizonte y no como un medio para lograr el fin.
Mi vida en una oficina sólo tuvo sentido cuando mi objetivo estaba puesto en aprender algo, en cuanto esto se esfumaba el dinero por sí mismo perdía sentido y me sentía ahogada. Sentía que mis días allí estaban perdidos y que no tenía propósito mi presencia en esa empresa.
Esa idea me permitió entender que como emprendedora el dinero es libertad. El dinero me permite seguir haciendo lo que haría (e hice muchas veces) sin dinero pero a mayor escala.
Ganar dinero me permite llevar la vida que quiero, vivir de lo que me gusta y ayudar a otras personas a hacer lo mismo.
El dinero me da la libertad de proyectar nuevas ideas, de descansar tranquila, de poder ser creativa sin preocuparme por su falta.
Cuándo parar
Bien, ya había solucionado la primera parte de esta trama. Ahora nuestras cuentas estaban en orden y ya podíamos darnos algunos lujos.
Pero ahora el dinero suscitaba otro inconveniente ¿Cuándo parar?
Es mucha la gente que amo que se pierden en la trampa de generar dinero sin medida. Que alcanzado el nivel de vida soñado siguen trabajando por más. No disfrutan de lo logrado, de sus hijos, de la casa con pileta o de unas vacaciones “como dios manda” (el dios del capitalismo).
Es como la rueda del hamster. Y uno vuelve a caer en la trampa.
Ejercicio de libertad
Después de todo el dinero es sólo una unidad de medida.
Se me ocurrió entonces pensar ¿cuál es el número de mi libertad? ¿Cuánto necesito para llevar la vida que quiero?.
Y dibujé un número ideal. Decidí alcanzarlo, lo puse como objetivo.
Cuando llegue a esa cifra, no voy a trabajar un segundo de más. Voy a optimizar mis horas para producir lo mismo en menos tiempo, pero ya no más.
Claro que ese número hay que ir ajustándolo con el paso del tiempo, pero me sirve para comenzar y pensarlo de manera holgada me da la perspectiva de mantenerlo durante algún tiempo.
Decidí no ser presa de la codicia. Armar un plan de acción para llegar a ese número y ser absolutamente libre. Y me enteré de que estaba adhiriendo al concepto del nuevo rico.
Porque habrás escuchado más de una vez que el tiempo es dinero, pero nadie te dice que el dinero es tiempo.
Que una remera no cuesta $400, sino que cuesta 2 horas de tu tiempo.
Que un auto no vale $200.000, el costo son 4 meses de tu vida.
Que una casa, te deja muchas horas fuera de la vida de las personas que amás y de tus sueños.
Desafío
Por eso te invito a que le pongas número a tu libertad, a que veas cómo podés llegar a ella y que cuando estés ahí frenes, no vayas por más, porque la vida es muy corta y tu tiempo vale vida, no oro.
La relación con el dinero está cambiando a nivel mundial y creo que esta nota te puede interesar ya que se explica el por qué.
Si te ayudó este artículo, compartilo en las redes, quizás podamos acompañar a otras personas en el proceso.
Hola, llegué al artículo buscando ideas en cuanto al dinero porque aunque no soy rica, y trabajo mucho, tengo la tendencia a dar si me piden y a no poner límites a quien pide. En mi caso siempre el dinero está vinculado a los límites, hoy mismo tengo que poner las condiciones a un inquilino que me simpatiza y todavía me cuesta… así que gracias, muchas gracias por tu aporte
¡Hola Patricia! Genial si te fue útil el artículo, esperamos que todo resulte bien. El aprendizaje en cuanto al dinero lleva su tiempo dado que primero hay que desaprender lo transitado hasta el momento.¡Abrazo!
Siempre tuve una relación chota con el dinero.
En mi familia siemore vivimos al borde: al borde de que no haya y por eso no se podía gasta mucho. Al borde de que tal vez mañana no haya y, por eso no se podía gastar mucho.
Lo laburé todo el año pasado con mi coach y me di cuenta que heredé esa sensación:que siempre podía falta. Ganara mucho,ganara poco; siempre la sensación era que estaba al borde.
Por eso, unos años atrás me saltó la térmica y anduve pateando casi sin plata en los bolsillos. Si no tenía y si casi no la necesitaba,entonces no era un problema.
La cuestión que me saneé de todos esos mandatos y esas creencias limitantes y hace ya dos años que puedo decir que le doy el lugar que merece: es un papel que me compra opciones.
Curiosamente, desde que le saque drama, mis ingresos han aumentado exponencialmente.
En general todos compartimos la idea de dinero que tomamos de nuestra familia, en donde fuimos educados. Sobre hay que trabajar y desarticular lo que no nos sirve. El dinero bien entendido, tal como lo dijiste, «me compra opciones» también es libertad, es poder elegir. ¡Buena experiencia Nico, gracias por compartirla!
olvide una cosa jaja,no puedo evitar irme por las ramas cuando escribo algo y hay tantas cosas que me gustaría decirles ,,,bueno relacionado a este articulo en particular te cuento que tengo mas o menos el mismo problema sobre el dinero.nunca me amigue del todo con el.pero se bien que es un medio para alcanzar muchas de las cosas que me hacen feliz.por ejemplo con nuestro emprendimiento de juguetes de madera.todo el proceso me gusta.desde dibujar los bocetos de los nuevos modelos,cortar,ensamblar y pintar..pero a la hora de cotizar cada producto me veo en una tarea engorrosa,demasiado densa y es lo que quiero superar.por eso estoy estudiando marketing para familiarizarme mas con el tema y que deje de ser una carga o algo desconocido.saludos genias!!
¡Hola Joel! qué bueno que tengas muchas cosas para decirnos porque nos encanta leerte y si lo compartís acá también puede sumarle al resto de la comunidad que le esté pasando lo mismo. Es preciso sanear nuestra relación con el dinero siendo emprendedores porque nadie va a proveértelo, sino que vas a tener que ganarlo y atraerlo por tu cuenta. Estamos trabajando para poder ayudar a nuestra comunidad con estos temas. 😀 ¡Abrazo!
Muchas gracias caro es tal cual con respecto al dinero siempre pienso que trabajamos para adquirir cosas pero una vez adquirida queremos obtener más yo soy estudiante de la carrera de Farmacia estoy terminando én él último año siento Muchas veces que no disfrutó de esta etapa tengo ganas de concretar y viajar conocer el mundo y conocer historias etc un beso enorme
¡Adelante entonces con tu sueño, ya falta poco! abrazo Martín, estamos en contacto.
¡Caro!
Gracias por tocar este tema.
Como bien decís, el dinero es una tema taboo y esto es un gran problema.
El no poder tener buenas conversaciones en relación al dinero nos lleva a cometer errores, profundizar crisis y generar malentendidos.
En el caso de los emprendedores, esto es todavía más peligroso. Cuando empezamos un negocio deseamos generar dinero para que nuestro negocio crezca, sin embargo ese deseo nos pone en una encrucijada: Queremos ganar dinero, pero inconscientemente no queremos ser «ambiciosos»(en un sentido negativo). Esa disonancia interior impacta gravemente nuestro día a día y las posibilidades de generar un negocio que crezca.
Lógicamente, huimos del dinero y él no llega a alcanzarnos. Esto último es realmente trágico por lo que el dinero realmente es: un medio de transacción. Cada vez que tengo la oportunidad en una charla o taller lo digo: es muy bueno que ustedes ganen mejor. Si ganamos mejor podemos invertir más en educarnos, no es más fácil regalar a los otros y, también, podemos conseguir más herramientas para ser lo mejor que podemos ser.
La búsqueda del dinero por el dinero nos consume porque siempre va a haber alguien que tenga más. Desde luego, si necesitamos dinero para sentirnos alguien o que importamos, entonces nunca lograremos nuestro objetivo.
Sin embargo, si entendemos el dinero como un medio de transacción (el mejor que existe) y como una oportunidad para intercambiar valor y crecer… entonces tendremos una mentalidad más adecuada para crear un proyecto que valga la pena perseguir.
¡Gracias por el artículo!
Muchas gracias Santi por tu aporte, es muy cierto todo lo que decís. Creo que es cuestión de desarticular falsas creencias y educarnos de una manera más sana, aún con respecto al dinero. ¡Abrazo!
Muy bueno, la diferencia entre ganar dinero porque así lo demanda la sociedad y hacer dinero con un claro objetivo es lo que separa a alguien de ser un simple eslabón, que se deja llevar por la corriente a una persona que realmente vive la vida.
¡Gracias Santi, abrazo!
Genialllllllllllllllllllllllll. Clarísimo y con ejemplos a la vista.
¡Gracias Ariela, un abrazo! 😀
Muy bueno… lo comparto!
¡Gracias Diego! Espero que te haya servido, un abrazo.